Reflexionamos en familia sobre los comportamientos violentos

Una estrategia eficaz para prevenir comportamientos violentos y antisociales (como, por ejemplo, el acoso, conocido como bullying en el contexto escolar y como ciberbullyig en el contexto de las nuevas tecnologías, o actos delictivos) es reflexionar con el o la adolescente acerca de lo que la violencia significa, sus consecuencias para las víctimas y sus causas.

La utilización de la violencia y la participación en comportamientos antisociales es, en muchas ocasiones, la respuesta al desconocimiento de formas adecuadas de expresión de sentimientos y opiniones. Con esta actividad se pretende, precisamente, que el o la adolescente reflexione activamente sobre este tema. El ejercicio que proponemos se puede realizar en casa, pero también en la escuela, entre el profesorado y el alumnado. Es importante que, previamente a la realización del mismo, nosotros/as, como progenitores o docentes, hayamos leído atentamente los capítulos de conducta delictiva y violenta en la adolescencia para disponer de información suficiente cuando establezcamos el debate con nuestros/as hijos/as o alumnos/as.

Actividad propuesta

Reflexionamos sobre los comportamientos violentos

ACTIVIDAD PROPUESTA: Reflexionamos sobre los comportamientos violentos

  • Paso 1. Se lee conjuntamente un texto con un par de ejemplos donde se describe un comportamiento social no deseable:
  • Paso 2. A partir de la lectura de los textos, puede comenzar un debate fundamentado en las siguientes preguntas:

1. ¿Existe violencia en estos casos y de qué tipo?
2. ¿Qué consecuencias tiene la conducta violenta para cada una de las personas implicadas en la situación (tanto la víctima como el agresor)?
3. ¿Por qué algunas personas se comportan de manera violenta?
4. ¿Cómo podría reducirse la violencia?
5. ¿Cómo podemos reducir la violencia en nuestras relaciones cotidianas?

Todas estas preguntas invitan a la reflexión profunda sobre el comportamiento social no deseable y nos ayudan a desarrollar nuestra capacidad empática, es decir, de ponernos en el lugar del otro, una habilidad fundamental para vivir en sociedad.

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