El bucle de la reivindicación
Desde que el ser humano existe, ha necesitado explorar, preguntarse sobre quién es, de dónde viene y a dónde va. En la fantasía de control, necesaria para la supervivencia, el mundo, los otros y uno mismo, deben ser predecibles, para así gestionar las gratificaciones y amenazas externas e internas.
Distintas clasificaciones sobre tipologías de la personalidad, investigaciones, nuevos hallazgos en laboratorios y estudios de campo, han permitido hacer del comportamiento humano, ciencia. La psicología está para ayudarte.
Una de las grandes claves es estudiarse y formarse para conocer, reconocer, nombrarse y aceptarse desde la mirada con la que nos construimos o nos destruimos, al igual que lo hacemos con los demás. Sería perfecto si fuera incondicional.
Hoy vamos a explicar un concepto basado en el modelo psicobiológico llamado el sistema de aproximación y defensa* vinculado al bucle de la reivindicación. Esperemos pueda ayudarte.
Como hemos hablado en otros artículos, la teoría del apego nos explica, que para poder sobrevivir necesitamos depender de otro más fuerte, más sabio y lo suficientemente bueno (Winnicott). Así, por generalización, aprendemos a confiar o desconfiar del mundo, los demás y nosotros mismos. Un adulto que ha recibido un estilo de apego seguro, será capaz de aproximarse y explorar el mundo circundante y defenderse de las amenazas.
El sistema de aproximación nos acerca a los estímulos que no nos harán daño, de los que podemos enriquecernos (personas que nos tratan bien, que nos hacen sentir que importantes, que nos aman). El sistema de defensa por contra, nos permitirá diferenciar aquellos estímulos potencialmente dañinos, de los que debemos alejarnos distanciarnos y desvincularnos (personas tóxicas, manipuladoras, agresivas y narcisista que nos hacen sentir que no valemos, que somos egoístas o menos). Vinculación y desvinculación son las dos grandes tareas que todos los seres humanos necesitamos integrar, la gran batalla humana, entre la dependencia y la autonomía. Aprendemos así, a gozar o sufrir, por las distintas situaciones que la vida nos presenta.
El bucle de la reivindicación, como su nombre indica, surge cuando experimentamos que mamá y papá (o aquellas figuras que ahora, siendo ya adultos, nos nutren afectiva, profesional, social y/o espiritualmente) no son perfectos, ni capaces de cubrir todas nuestras necesidades.
La idealización infantil, necesaria para mantener a raya la ansiedad que reclama la seguridad de mi supervivencia, me confronta con la realidad de que aquellos que tendrían que ser más comprensivos, amorosos, estables, atentos, seguros y predecibles no llegan hasta mí. Cuando esto sucede, la frustración por la profecía no cumplida, y la falta de una adecuada elaboración, hacen que entremos en este bucle, reclamando constantemente lo que el otro no me puede dar, exigiéndole, generando grandes dificultades en el mantenimiento de las relaciones. La persona que vive en esta realidad se sentirá insatisfecha, decepcionada, experimentando un gran vacío provocado por las creencias erróneas que tiene sobre uno mismo, los demás y el mundo que le rodea.
Cuando maduramos psicológicamente aprendemos que el ser humano decepciona, tarde o temprano, siempre. Esto es bueno, nadie es perfecto. Tampoco yo lo soy, ni tú, ni falta que hace. ¡Que liberación!
¿Cómo podemos hacer frente a esta situación para poder salir del bucle de la reivindicación? Begoña Aznárez en su libro el Trauma psíquico es de todos, nos da dos claves. Para salir del bucle es necesaria la reparación y hacer los duelos.
- La reparación consiste en que las figuras de referencia se den cuenta de los fallos que han cometido y sean capaces de reconocerlo, subsanarlos si es posible, legitimar la frustración del otro y el sentimiento respecto a lo ocurrido. Esto en no pocas ocasiones, es imposible. Acompañar en el proceso de asumirlo puede ser complejo. Alguna vez papá y mamá nos preguntaron de niños ¿qué tal me he portado hoy al darnos el beso de buenas noches? En la vida adulta eso es a la inversa. Y así aprendemos a no hacerlo nosotros.
- La otra puerta de salida al bucle de reivindicación consiste en elaborar los duelos. Aceptar la pérdida de la idealización de las figuras que nos rodean (pareja, familiares, amigos o compañeros de trabajo, amigos…) y seguir adelante asumiendo la responsabilidad de crecer, de nutrirnos personalmente, sin esperar que los demás nos den lo que no tienen. Por ejemplo, hacer nosotros esa llamada telefónica que esperamos, dar el abrazo que nos gustaría recibir… ¿Se te ocurren otras opciones?
Espero que estas dos claves te ayuden a conocerte mejor y poder acercarte a los demás desde un nuevo foco, que pone la mirada sobre ti, lo único sobre la que puedes tener algo más de control…no pierdas la ilusión de poder mejorarte y ayudar a otros.
*Arnárez, Begoña (2012). El trauma psíquico es de todos: Rompe el silencio.
Si necesitas más ayuda contacta con nosotros en unifam@accionfamiliar.org o llamando al 914461011 ext.1.
El proyecto Familias con futuro: Acompañamiento psicológico y jurídico a familias vulnerables se presentó a la Convocatoria Comunidad de Madrid 2022, en el marco del Programa de Ayudas a Proyectos de Iniciativas Sociales, ha sido evaluado y seleccionado por los correspondientes comité técnico y jurado territorial y aprobado por los órganos de gobierno de la Fundación” la Caixa”.
El Servicio de Orientación Familiar y Promoción de la Salud está inscrito en el Registro de Entidades, Centros y Servicios de Acción Social de la Comunidad de Madrid S4218 y subvencionado por la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid para cubrir las necesidades específicas de asistencia social dirigidas a la atención de las personas en situación de pobreza y exclusión social o que se encuentren en otras situaciones de especial vulnerabilidad, en el ámbito competencial de la Comunidad de Madrid.