LA IMPORTANCIA DE EXTERNALIZAR Y HABLAR DEL “SÍNTOMA”
En general, el síntoma comunica. Por ejemplo, la ansiedad. Existen remedios farmacológicos para reducirla. Pero ¿qué pasaría si en lugar de intentar hacerla desaparecer, me preguntase ¿Por qué ha aparecido?
El “síntoma” aparece para decirnos algo de lo que no estamos siendo conscientes. ¿Quién no ha tenido episodios de inquietud previos a una entrevista de trabajo o a un examen? Dolores de cabeza, contracturas de espalda, palpitaciones, insomnio… Todos ellos, aunque provocan consecuencias desagradables, aparecen para darnos información.
Si buscamos soluciones para hacer desaparecer –o enmudecer- al síntoma, éste tomará otra vía corporal para hacerse escuchar.
¿Cómo podemos averiguar qué nos está diciendo? Hay diferentes técnicas para entrevistar al “síntoma”. Hoy voy a hablar de cómo yo hago para que el paciente lo externalice y poder obtener información de su origen y su función.
“Güodo” es el nombre que yo le doy al típico maniquí de madera que sirve para hacer de modelo en las clases de pintura. Lo tenía en casa desde hacía mucho tiempo, y hasta el momento sólo había tenido funciones decorativas.
Se convirtió en mi mejor alternativa después de buscar una herramienta que me ayudase a ayudar al paciente a conectar con sus sensaciones corporales.
En la sesión, después de un tiempo dedicado a que el paciente tome conciencia de su cuerpo, le pido que conecte con la sensación con la que estemos trabajando en ese momento, y que tome conciencia de las características que tiene en su propio cuerpo: el color, la forma o la ubicación.
Una vez llegado aquí, le pido que, usando plastilina, proyecte estas sensaciones en el cuerpo de “Güodo”. De esta manera, la plastilina será la representación de la emoción, mientras que el cuerpo de madera, será la del suyo propio.
Se crea así un puente entre el mundo interno del paciente y el mundo exterior que, al proyectarse fuera de sí, consigue crear una especie de conversación confrontada entre su parte más racional, y la más inconsciente.
A partir de ese momento, cierta información que había permanecido en el ángulo muerto de la conciencia, se puede ver con mucha más perspectiva, y se puede actuar con y sobre ella.
Al tenerla “frente a frente”, podemos hacerle preguntas. ¿Cuándo apareciste en la vida de Laura?, ¿Por qué estás con ella?, ¿Qué tendría que hacer Laura para que te fueras?, ¿Cuándo te haces más pequeño?
Con esta herramienta, podemos conocer sobre la función del síntoma. Entendiendo además que por muy desagradable que sea aquello que nos está haciendo sentir, ha aparecido para ayudarnos a conseguir algo que hasta el momento no habíamos sabido lograr.
A partir de este momento, podemos cambiar algunos aspectos de nuestra manera de vivir el síntoma, pudiendo manejar internamente algo que hasta el momento sólo habíamos sentido como algo externo, y por lo tanto incontrolable.
Amanda Lanchas – Psicóloga AFA
Esta es una de las técnicas que utilizamos para ayudar a las personas están atravesando una situación complicada en su vida y que atendemos en la Unidad de Atención Familiar.