Soledad No Deseada – Proyecto «Moais»

¿Alguna vez te has sentido solo? No me refiero a esos momentos en los que estás contigo mismo y te sientes en paz y tranquilo. Hablo de esa sensación de aislamiento, de desconexión dolorosa, de incomprensión y desvinculación, que se puede experimentar estando incluso rodeado de gente, ese sentimiento de “a nadie le interesa realmente lo que pasa conmigo”.

Esa es la soledad que duele, la que no deseamos y sin embargo alcanza actualmente a más del 13% de la población en España y está relacionada con mayores problemas de salud y descenso de la esperanza de vida… Pero ¿y si hubiera formas de combatirla?

En Acción Familiar una de nuestras principales tareas es acompañar las soledades, buscando nuevas formas de “hacer familia” y generando vínculos que protejan a las personas y las ayuden a vivir más plenamente y más felices.

Por eso, cuando de forma fortuita descubrimos el concepto japonés de los “Moais”, la ilusión y la inspiración brotaron de manera inevitable. Y es que en Japón, concretamente en la isla de Okinawa (una de las zonas del planeta con mayor índice de longevidad entre sus habitantes), tienen muy clara la importancia de la red social para vivir más años y con mejor salud, así que desarrollan desde la infancia grupos de amigos (Moai significa “tribu”), que se reúnen periódicamente para compartir y prestarse ayuda. Se trata en definitiva de pequeñas comunidades que se comprometen a cuidarse mutuamente, lo que les permite estar siempre conectados, hablar de sus necesidades y tener una fuente sólida de apoyo y afecto.

Bonito, ¿verdad? El aislamiento y la soledad lo tienen difícil con este tipo de estructuras… ¡así que teníamos que intentarlo!

De modo que nos pusimos manos a la obra: diseñamos un proyecto que nos permitiera concienciar sobre la importancia de los vínculos y el autocuidado para mejorar la esperanza de vida en personas mayores, así como dar a conocer el concepto de “Moais”, y nos pusimos en contacto con el equipo del Centro de Mayores de Colmenar Viejo. Con su colaboración, en cuestión de unos pocos días nos encontramos en el Hogar del Pensionista de Colmenar Viejo impartiendo un taller a casi una treintena de interesadas, todas ellas mujeres.

En esa sesión inicial, tuvimos la oportunidad de ofrecer algunas pautas de psicoeducación en torno al autocuidado, la socialización, la soledad y los riesgos de la jubilación; así como de realizar una puesta en común en la que pudimos escuchar las opiniones, experiencias e inquietudes de las participantes sobre dichos temas.

Aunque la mayoría trataban de mantener unos hábitos de vida saludables -tanto en lo personal como en lo social- y a menudo lo conseguían, sí manifestaban que con todos los cambios que suponen el final de la vida laboral y de ciertas responsabilidades familiares (así como sus diferentes circunstancias personales), era complicado no experimentar sensaciones de soledad y de vacío en ocasiones.

Durante esa puesta en común, aprendimos con las diferentes estrategias que las participantes empleaban para combatir dichos sentimientos y les hablamos de los Moais. Al igual que a nosotros, el concepto las entusiasmó y nos compartieron experiencias positivas de vinculación que habían tenido o tenían y de cómo repercutían positivamente en su bienestar.

A esas alturas de la sesión, se había generado entre todas un clima tan agradable, positivo y participativo que no podíamos dejar de lanzarles nuestra propuesta: generar entre ellas un Moais durante un mes y observar qué efectos tenía esa experiencia en su bienestar.

Algunas de las participantes del taller no podían unirse por diversos motivos personales, pero las demás se embarcaron en el experimento con el mejor de los ánimos… y así empezaron la aventura:

  • Se formaron dos Moais, de 8 y 6 personas respectivamente, que se comprometían a permanecer en contacto durante un mes, reuniéndose al menos una vez a la semana para realizar distintas actividades, convivir, conocerse y ofrecerse apoyo en caso de necesidad. ¡Y vaya si lo hicieron!
  • Durante las siguientes semanas, desde Acción Familiar tuvimos la suerte y la alegría de “acompañar en la distancia” su experiencia a través de las fotos que nos enviaban: restaurantes, cines, exposiciones, paseos por el parque… distintos escenarios, pero siempre las mismas sonrisas y buen rollo.
  • Transcurrido el mes, nos reunimos con las integrantes de ambos Moais (o más bien, con parte de las integrantes, ya que otras tuvieron distintas complicaciones y no consiguieron llegar a la sesión) para que nos comentaran con detalle cómo se habían sentido, qué habían significado esas semanas de convivencia para ellas y si pensaban continuar con el Moais ahora que ya había finalizado el plazo del experimento.

A pesar de la evidente dificultad (que las propias participantes ponían de manifiesto) de juntar aleatoriamente durante un mes a personas que no se conocen y esperar que de ahí surjan vínculos duraderos y fuentes de apoyo sólidas, no pudimos dejar de sorprendernos de todo lo que habían construido a lo largo de ese único mes.

Sería difícil hacer un resumen en palabras de toda la sintonía, el cariño, la comprensión, el agradecimiento y el buen ambiente que se respiraba entre ellas, por lo que nos remitimos a las imágenes (que dicen más que mil palabras) y nos despedimos con un vídeo de esta preciosa experiencia, agradecidos de que sus frutos perduren en el tiempo y de haber podido formar parte de ella.

Si necesitas más ayuda contacta con nosotros en unifam@accionfamiliar.org o llamando al 914461011 ext.1.

El Servicio de Orientación Familiar y Promoción de la Salud está inscrito en el Registro de Entidades, Centros y Servicios de Acción Social de la Comunidad de Madrid S4218 y subvencionado por la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid para cubrir las necesidades específicas de asistencia social dirigidas a la atención de las personas en situación de pobreza y exclusión social o que se encuentren en otras situaciones de especial vulnerabilidad, en el ámbito competencial de la Comunidad de Madrid.