La rueda de la vida: una excelente técnica de autoconocimiento
En el Siglo V a.C. el historiador griego Heródoto de Halicarnaso advertía que “El apresuramiento es padre del fracaso”. Aunque han pasado ya unos cuantos siglos, todavía a más de uno nos cuesta aplicarnos este buen consejo, probablemente porque esas mismas prisas de las que hablaba Heródoto nos impiden paramos a reflexionar sobre su utilidad (y prácticamente sobre cualquier otro tema).
Y es que es indudable: vivimos en un mundo que se mueve muy rápido. Vamos con prisa al trabajo, con prisa a clase, con prisa a la compra, con prisa a casa porque hay cosas que hacer, con prisa a ver a nuestra familia y amigos, con prisa a dormir porque nos queda poco tiempo de sueño… estamos todo el día acelerados.
Y de pronto llegan las vacaciones, un maravilloso parón en medio del ajetreo enloquecido, y nos encontramos en la tesitura de tener que elegir qué hacemos con ese tiempo vacío de las obligaciones cotidianas: podemos llenarlo con una nueva y vertiginosa sucesión de actividades lúdico-festivas, o bien decidir tomarnos esos días para disminuir realmente la velocidad a la que vivimos (o sobrevivimos) ¡y ver qué pasa!
Algunas de las personas que acompañamos desde Acción Familiar han optado en verano por esta segunda opción, haciendo varias de ellas el mismo hallazgo sorprendente: que en su vida han ocurrido muchas cosas en el último curso (tanto a nivel exterior como a nivel interno), pero que han tenido tan poco tiempo para pensar en ello que a duras penas eran conscientes de ello.
Esto a priori podría parecer poco relevante, sobre todo cuando lo que nos ha pasado es en su mayoría bueno o, siendo malo, por lo menos es razonablemente fácil de identificar, de digerir y de solucionar. Pero la cosa se complica un poco más cuando al bajar el ritmo nos encontramos con que, por alguna razón difusa que no logramos terminar de concretar, no nos sentimos tan bien como creíamos.
No es nada extraño que ocurra, se nos van “colando” cosillas del día a día, pequeñas fuentes de malestar que no son necesariamente graves, pero que si no atendemos a tiempo van acumulándose y cargándonos de manera innecesaria. Muchas de ellas tienen fácil solución, otras quizás son más complejas y requieren un poco más de esfuerzo, pero todas tienen en común aquella premisa de Zig Ziglar: “El primer paso para resolver un problema es reconocer que existe”.
Ese es precisamente el objetivo de este artículo, bajarnos un momento del carro de la prisa y comenzar el nuevo curso enfrentándonos a la gran pregunta: ¿Qué tal estoy realmente en este momento de mi vida?
Para facilitar la tarea, os proponemos utilizar una técnica diseñada por Paul J. Meyer* y muy extendida en el ámbito del coaching, se llama “El círculo de la vida” y consiste básicamente en una representación gráfica que nos permite analizar el estado actual de los ámbitos más significativos de nuestra vida.
Tal como se ve en la imagen, se trata de un círculo dividido en varias secciones (cada una de las cuales está subdividida a su vez en 10 franjas), que representan los ámbitos importantes en la vida de una persona. La rueda original contempla los siguientes: crecimiento personal, familia, salud, amistad, trabajo o estudios, economía, relaciones de pareja y ocio.
Lógicamente, las esferas más relevantes en la vida de un individuo pueden diferir con respecto a los de otro, por lo que el primer paso es personalizar dichas esferas, añadiendo o eliminando las necesarias hasta que se ajusten a una representación adecuada de los intereses realmente significativos para ti. Es habitual por ejemplo añadir secciones en las que se recojan ámbitos como la autoestima, la espiritualidad, el deporte, la creatividad o la capacidad para resolver problemas.
El siguiente paso es asignar una puntuación en función del nivel de satisfacción que sientes en cada uno de esos ámbitos, las puntuaciones van del 1 (cuando no estás nada satisfecho) al 10 (totalmente satisfecho). Para ello, debes colorear tantas franjas de cada sección como puntos quieras asignarle, comenzando desde el centro del círculo hacia fuera.
Sólo este paso ya resulta una herramienta muy útil para generar autoconciencia, puesto que obtendrás una representación muy visual de tu situación general, lo que te facilitará evaluarla de manera ordenada y orientar tus esfuerzos en la dirección que más te convenga.
Pero para aprovechar al máximo el ejercicio, te invitamos a que una vez coloreadas las diferentes áreas, analices con más detenimiento la imagen que tienes ante ti, dándote un tiempo para reflexionar sobre las siguientes cuestiones:
👉🏻 EN CUANTO AL ÁREA COLOREADA: ¿Hay equilibrio o desequilibrio entre las diferentes esferas? ¿Esto me molesta, o por el contrario me siento satisfecho/a con la situación tal y como está? ¿Hay alguna puntuación que me gustaría cambiar, o estoy cómodo/a con todas?
👉🏻 EN CUANTO A LAS PUNTUACIONES QUE NO ME SATISFACEN: ¿Realmente es una puntuación correcta o estoy exagerando/exigiendo demasiado? ¿Qué situación de mi vida está haciendo que haya asignado esa puntuación concreta a este ámbito? ¿Cómo me siento ante esta situación (frustrado, impotente, enfadado, asustado… etc)? ¿Qué necesitaría que ocurriera en mi vida para que esa puntuación pudiera mejorar?
👉🏻 EN CUANTO A LA BÚSQUEDA DE SOLUCIONES: ¿Creo que tiene solución? ¿Qué maneras encuentro para solucionarlo? ¿Me veo con herramientas suficientes para resolverlo por mi cuenta? ¿Puedo adquirir por mi cuenta las herramientas que me faltan o debería pedir ayuda?
Seguramente para cuando termines de contestar estas preguntas habrás descubierto más de una cosa interesante que llevabas tiempo “pasado por alto”. Pues bien: es el momento de pasar a la acción. Aprovecha este ejercicio de reflexión y la información que te ha proporcionado para poner manos a la obra y trabajar en esta vuelta del verano en todas esas cosas que te están “lastrando”.
Un nuevo curso siempre es una nueva oportunidad, una posibilidad de seguir creciendo y de vivir más consciente, plena y auténticamente. Esperamos que este curso sea así para ti y que este artículo pueda serte de ayuda en ese objetivo.
* Paul J. Meyer. La rueda de la vida.
Si necesitas más ayuda contacta con nosotros en unifam@accionfamiliar.org o llamando al 914461011 ext.1.
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