Párate un segundo. Y encuentra tu refugio.

Cuántas veces hemos buscado poder desconectar y volar con la imaginación… sin embargo las preocupaciones del día a día, el trabajo excesivo, el ritmo de vida de nuestros hijos e hijas y las situaciones de incertidumbre no nos dejan. Como defensa nos ponemos en “piloto automático” para no venirnos abajo. Desconectamos de nuestras verdaderas necesidades y nos focalizarnos en actividades que ensordecen nuestras señales internas. Esto permite ser muy resolutivos, pero continuado en el tiempo, nos puede llevar a enfermar. La ansiedad es uno de los síntomas de que algo no va bien y necesitamos parar.
Como dice Marian Rojas en uno de sus videos: La ansiedad es a la mente como la fiebre al cuerpo.

Cuando llegan las vacaciones o situaciones límite, no en pocas ocasiones, nos da el bajón. Por eso, es tan necesario detenernos en el día a día, conectar con nuestro interior, poner nombre a las emociones que sentimos, ver a qué necesidad personal responden y cubrirla.

¿Cómo lo podemos hacer? Hoy te damos unas pautas.

  • 1. Adquiere unas nociones básicas de neuropsicología:

    Las neuronas de nuestro cerebro se comunican entre sí mediante impulsos eléctricos rítmicos conocidos como ondas cerebrales.
    ¿Cómo trabajan las tuyas?

  • 2. Busca un momento a la semana y empieza a entrenar.

    Así como asignamos un tiempo concreto al día para ir al gimnasio, la lectura o la compra, es imprescindible buscar el lugar y una hora del día o semana que mejor encaje con tu ritmo de actividades para entrenar esta habilidad. Empezar poco a poco, con metas realistas. Una vez que adquieras este espacio y lo asegures en tu agenda serás capaz de poner en práctica esta técnica para que llegues a aplicarla en otras situaciones de estrés en que lo necesites.

  • 3. Relaja el cuerpo y serena la mente.

    Existen multitud de técnicas de relajación para darse cuenta de cómo estamos de tensos y agitados. Busca la que mejor se adapte a tu personalidad. En nuestra aula virtual, en Psicovitaminas encontrarás un apartado llamado Técnicas de relajación. Existen técnicas para aprender a respirar, para tomar conciencia de la tensión y distensión muscular, técnicas para inducir sensaciones corporales de calor y pesadez. Todas ellas tienen el mismo objetivo: aprender a relajarse. Requieren práctica y conexión con las sensaciones corporales.

  • 4. Construye tu lugar seguro.

    Una vez relajes el cuerpo y serenes la mente imaginarte en una playa, montaña o paisaje paradisiaco, un lugar seguro en el que volar con la imaginación. Tiene casi el mismo efecto que si estuvieras realmente presente y es gratis. ¡Inténtalo!

  • 5. Visualiza lo que deseas alcanzar como si ya lo estuvieras haciendo.

    Una vez hayas conseguido los pasos anteriores visualízate en esa situación que deseas suceda

    Por ejemplo: mejorar la comunicación con mi pareja, estar más contento con mi trabajo, hablar más despacio, superar ese miedo al futuro…) y escucha en tu interior alguna frase que te ayude: “Lo he conseguido, lo estoy haciendo muy bien, valgo mucho, soy importante, puedo ser feliz…” y déjate invadir por ella… Aquí te dejamos una muestra de cómo nuestro cerebro nos condiciona.

  • 6. Termina el ejercicio de manera progresiva y pausada saliendo despacio de este estado, volviendo a tu lugar seguro y despidiéndote de este momento.

    A continuación, te dejamos este audio por si quieres utilizarlo como entrenamiento. Puedes grabarte a ti mismo con tu propia voz, te ayudarás todavía más… ponlo en práctica.

  • 7. Una vez hayas descubierto, al visualizarlo, qué es lo que necesitas, o te haría bien, busca la manera de lograrlo.

    En nuestra guía Familia con emociones te damos pautas concretas para alcanzar tus metas personales y familiares.

Tú vales mucho. Te mereces ser feliz.

Si necesitas más ayuda contacta con nosotros en unifam@accionfamiliar.org o llamando al 914461011 ext.1.