¿Existen pautas o comportamientos que permitan encontrar la felicidad?
Todos conocemos personas y familias que consiguen ser felices incluso en circunstancias adversas ¿Qué les caracteriza?
El concepto de felicidad se define como un “estado de grata satisfacción espiritual y física”[1] que está enlazado principalmente con las relaciones personales, familiares y sociales.
Cuando se pregunta a los españoles cuál es su mayor fuente de felicidad, responden mayoritariamente que es la familia y las buenas relaciones familiares y sociales[2]. Se constata además que las personas que se sintieron queridas en la infancia, la experimentan en mayor grado, como también las que viven en compañía, forman parte de un núcleo familiar y disfrutan de su familia de origen. Así mismo se pone de manifiesto que la felicidad es mayor entre quienes se relacionan asiduamente con sus amistades.
La psicología positiva en los últimos 20 años se ha centrado especialmente en avanzar en el conocimiento de lo que más nos ayuda a ser felices a la vez que nos protege frente a conductas de riesgo, como el consumo de drogas, alcohol, pornografía, redes sociales… Considera que la felicidad está determinada por la combinación de tres factores principales[3]:
- Genéticos: Estables y no modificables.
- Circunstanciales: Los acontecimientos que nos suceden en el día a día.
- Intencionales: Acciones concretas en las que nos implicamos de forma voluntaria.
Los genéticos tienen un carácter estable y fijo en cada persona y las circunstancias, con frecuencia, son poco controlables. En cuanto a los factores intencionales se puede ejercer un cierto control, lo que permite mejorar el bienestar personal y nuestra felicidad. En esta última área está incluida la gestión de las emociones. El uso inteligente de las emociones en diferentes contextos, es una habilidad imprescindible para descubrir y potenciar nuestra felicidad.
Hay muchos autores que proponen recetas para mejorar nuestros niveles de felicidad.
Entre ellos Seligman (2003) propone un modelo de tres vías en el que considera que podemos ser felices siguiendo diferentes caminos o formas de vida:
- Placentera: Consiste en aumentar las emociones positivas sobre nuestro pasado, presente y futuro.
- Comprometida: Se relaciona con la puesta en práctica de fortalezas personales, para lograr un mayor número de experiencias óptimas.
- Significativa: Incluye el sentido vital y el desarrollo de objetivos que van más allá de uno mismo. Aunque las tres son complementarias, es la significativa la que lleva a la auténtica felicidad.
Fordyce (1977, 1983) destaca un conjunto de acciones que ayudan a aumentar la felicidad de las personas, tales como:
- Mantenerse más activo y ocupado en temas placenteros, físicamente demandantes y novedosos. · Emplear más tiempo en actividades sociales.
- Fomentar y conservar relaciones íntimas.
- Ser productivo en trabajos a los que se dé un significado.
- Organizar bien el tiempo.
- Estar más centrado en el presente que en el pasado o el futuro.
- Ajustar expectativas y aspiraciones.
- Desarrollar un estilo de pensamiento optimista y positivo.
- Trabajar para adquirir una personalidad saludable.
- Ser auténtico.
- Minimizar las preocupaciones.
- Eliminar sentimientos negativos y problemas.
- Dar valor a la felicidad y a su mantenimiento.
Ben-Shahar (2011), experto en Psicología Positiva, recomienda:
- Realizar algún ejercicio.
- Ser agradecido.
- Ser asertivo.
- Gastar el dinero en experiencias, no en cosas.
- Afronta tus retos.
- Pegar recuerdos bonitos, frases y fotos de tus seres queridos por todos lados.
- Saludar siempre y ser amable con las personas.
- Cuidar la postura corporal, arreglarse y sentirse atractivo(a).
- Escuchar música.
- Alimentarse bien.
Seligman (2002) acuñó el concepto de fortalezas como sinónimo de “buen carácter”. Las describe como el conjunto de rasgos positivos individuales, que se manifiestan de manera variable en sentimientos, comportamientos y acciones. Se pueden modificar a lo largo de la vida, son medibles y sujetas a factores contextuales. Son diferentes a las capacidades, o talentos naturales, que no se eligen, nacemos con ellos y no se pueden adquirir por medio de la voluntad, aunque sí desarrollarlos. Ejemplo: Buen oído, correr muy rápido o cantar bien.
Las fortalezas son las vías o caminos para llegar a alcanzar el desarrollo personal y un crecimiento en la felicidad, refrendadas en todas las tradiciones culturales. Son 6:
- Sabiduría y conocimiento: Creatividad, Curiosidad, Apertura de mente, Deseo de aprender y Perspectiva
- Valor: Valentía, Perseverancia, Integridad, Vitalidad
- Humanidad: Amor, Generosidad, Inteligencia social
- Justicia: Ciudadanía, Equidad, Liderazgo
- Moderación, templanza: Perdón, Humildad, Prudencia, Autocontrol
- Trascendencia: Disfrute de la belleza, Gratitud, Esperanza, Sentido del humor, Espiritualidad[4]
Desde Acción Familiar te animamos a colaborar con nosotros en lo que consideres que más puede ayudar a desarrollar o ampliar alguna de las fortalezas personales y sociales tan necesarias hoy.
Agradecemos especialmente a todas las personas que nos han ayudado y siguen apoyando nuestra misión cada día, posibilitando que otros puedan salir de situaciones límite -tan presentes hoy- y como una cadena forman parte de esos eslabones que nos unen, mejoran y construyen esperanza hacia un futuro compartido y más feliz.
Si deseas colaborar con nuestras iniciativas solidarias escríbenos a unifam@accionfamiliar.org o llámanos al 914461011.
Carmen Bustillo – Psicóloga AFA