De la somatización a la mentalización

Cuando los patos nacen, tienen lo que se llama la respuesta anser-anser,  que consiste en seguir al primer objeto que ven delante, al salir del cascarón. Esa escena, que tanta gracia nos hace, es puro instinto. Los animales tienen pautas de acción fijas, patrones innatos de comportamiento para su supervivencia. Sin embargo, los seres humanos no. Nacen sólo con reflejos, precisamente porque su cerebro, al ser tan plástico, tendrá la capacidad de llegar a aprender y reflexionar sobre sus propios pensamientos, sentimientos y acciones.

El ser humano puede pensar sobre lo que siente y sentir sobre lo que piensa

Si los patitos, en vez de ver a la mamá pata, vieran lo primero a un humano, asociarían por esos instintos innatos a su madre y la seguirían. Los seres humanos no. Aunque nacemos con una total indeterminación y dependencia del adulto, esta misma necesidad, es la que nos permitirá mayor capacidad de maniobra y libertad, a medida que crecemos. A más plasticidad cerebral, más indefensión pero más capacidad de aprendizaje posterior.

Aprendemos por imitación y repetimos en espejo

Esto se desarrolla mediante las neuronas espejo que se encuentran en el córtex prefrontal. Nos hacen sonreír cuando otro sonríe y conmovernos cuando otro sufre, casi impulsivamente. Así, mamá se dará cuenta de que lloro por hambre, sueño o miedo y su respuesta (dándome de comer, limpiándome, acunándome o pegándome…) es lo que me hará entender qué es lo que siento y necesito. Imagínate el caos, si en vez de darme de comer se va porque no soporta mis lloros. Si el adulto maneja mal su idioma de necesidades básicas, mal lo enseñará. La narrativa del adulto sobre mi, sobre cómo soy (mi comportamiento, actitudes, aspecto físico…) condicionará mi propia forma de entenderme y de narrar mi propia historia.

La equivalencia psíquica

La equivalencia psíquica consiste en creer que lo que pienso y la realidad, son lo mismo. Si un estímulo me ha producido sensaciones negativas, para mí, ese estímulo es malo. Igualo mi experiencia interna con la realidad. El niño cuando crece pasa de esta equivalencia a la reflexión, aprendiendo a entenderse, etiquetar y reaccionar según el adulto le responde. Ya no hará falta llorar, podrá pedir cuando aprenda a hablar, si eso no supone una amenaza “mayor” para la supervivencia.

La teoria de la mente

Nos damos cuenta de que tenemos mente, cuando comprendemos que el otro la tiene, “la usa” y nos devuelve su mirada sobre la realidad, con el lenguaje verbal y no verbal. Los hechos aparentemente objetivos, pueden ser muy diferentes a cómo los narramos, condicionados por cómo hemos aprendido de las narraciones de otros. Si sigo viviendo en la equivalencia psíquica, cualquier sensación negativa me va a producir una reacción de ansiedad, que dispare mi frustración. Mi capacidad de manejo de los conflictos será nula. Es el secuestro de la amígdala que me dominará y responderá por mi.

Ante los traumas vividos, si no tengo capacidad para asimilarlos y poner palabras, no desarrollo función reflexiva. Directamente reexperimento el pasado (sensaciones, imágenes y emociones) ante los disparadores en el presente, que me llevan a aquello que viví y no soy capaz de procesar.

Mentalización

Nuestra mente influye en cómo vemos el mundo, en cómo nos relacionamos con él y en cómo nos percibimos a nosotros mismos. Nuestra propia reflexión nos permite darnos cuenta de cómo funcionan las mentes de los demás. La mente media en las relaciones y es un filtro para aprender a ser protagonistas de nuestra vida y no meros reactores ante los estímulos. Sobre lo que el otro me diga o haga, tengo poder. Puedo aprender a atribuir lo mío a mí y lo tuyo a ti. Si me conozco, sé cómo me siento aquí y ahora, sé cómo voy a reaccionar, puedo gestionarme e inferir cómo otros van a reaccionar, anticipar las consecuencias, conocer qué depende de mí, qué es parte del otro y cómo actuar. Esto es mentalizar.

Como dice Bowlby , la salud mental es la resolución satisfactoria de los conflictos. La «aparente supervivencia» no es lo más importante, sino la capacidad de reflexionar sobre la realidad, que me permita manejar mejor o peor las situaciones de conflicto. La clave está en adquirir esquemas para mantener una cierta distancia antes de reaccionar. El trastorno surge cuando hay una inhibición o atrofia de esa capacidad de mentalización, o por el contrario, se reacciona desproporcionadamente, sin control. Cuanto más desorganizada han sido nuestras figuras de apego primario, más dificultades a la hora de mentalizar, de resolver los conflictos. menos capacidad de introspección y más somatización. ¿En función de qué situaciones nos comportamos como adultos o niños sin capacidad de mentalización?

Somatización

El polo opuesto de la mentalización es la somatización. Cuando no tengo palabras para definir lo que siento, o cómo me siento, genero un síntoma. Cuando no puedo poner palabras, no tengo corteza prefrontal para gestionar el secuestro de la amígdala, entonces somatizo. Es lo que más lejos está de la función reflexiva. Detrás del proceso de somatización está la alexitimia. Es la incapacidad de reconocer y nombrar las propias emociones, a causa de ser víctimas de modelos adaptativos disfuncionales, que impiden la capacidad adulta de tomar distancia ante el conflicto y aprender a gestionarlo.

Favorecer la función reflexiva y el ser consciente en el presente son las dos grandes claves para poder ser feliz. La terapia consiste en ayudar a las personas a conseguirlo. ¿Te animas?


Si tenéis ganas de profundizar en este tema, os recomendamos un libro muy interesante de Aznárez, Begoña (2012). » El trauma psíquico es de todos: Rompe el silencio» .

Si necesitas más ayuda, contacta con nosotros en unifam@accionfamiliar.org o llamando al 914461011 ext.1.

El proyecto Familias con futuro: Acompañamiento psicológico y jurídico a familias vulnerables se presentó a la Convocatoria Comunidad de Madrid 2022, en el marco del Programa de Ayudas a Proyectos de Iniciativas Sociales, ha sido evaluado y seleccionado por los correspondientes comité técnico y jurado territorial y aprobado por los órganos de gobierno de la Fundación” la Caixa”.

El Servicio de Orientación Familiar y Promoción de la Salud está inscrito en el Registro de Entidades, Centros y Servicios de Acción Social de la Comunidad de Madrid S4218 y subvencionado por la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid para cubrir las necesidades específicas de asistencia social dirigidas a la atención de las personas en situación de pobreza y exclusión social o que se encuentren en otras situaciones de especial vulnerabilidad, en el ámbito competencial de la Comunidad de Madrid.