¿Qué rutinas deberíamos seguir para mejorar nuestra vuelta al cole?
Septiembre 2024
Adaptarse a la realidad después de una rutina vacacional puede ser un desafío, ya que las vacaciones a menudo significan descanso, desconexión y un cambio de ritmo. Adoptar una mentalidad positiva, cuidarse y cuidar de los suyos durante los primeros días tras las vacaciones facilitará la transición.
A continuación, os contamos lo más significativo de las rutinas a adoptar en las distintas etapas del ciclo vital y qué hacer para gestionarse lo mejor posible:
- Guardería (0-6 años)
La adaptación a la guardería puede ser un proceso desafiante tanto para los niño/as como para los padres y madres, especialmente si es la primera vez que los pequeños se separan de su entorno familiar. Sin embargo, con paciencia y estrategias adecuadas, esta transición puede ser mucho más suave.
Aspectos clave a considerar:
- Proceso gradual:
Muchas guarderías ofrecen un período de adaptación donde los niño/as pasan sólo unas horas los primeros días para irse acostumbrando a su nuevo entorno. Este proceso gradual les permite familiarizarse con los educadores, compañeros y el espacio sin sentirse abrumados por una separación prolongada desde el primer día.
- Importancia de la rutina:
Establecer una rutina predecible ayuda a los niño/as a sentirse más seguros. Acostumbrarse a un horario regular para despertarse, comer y acostarse facilitará la transición a la guardería. Antes de que comience el período de adaptación, es útil ir ajustando poco a poco los horarios en casa para alinearlos con los de la guardería.
- Separación gradual:
Es normal que los niños experimenten ansiedad por la separación. Es importante que el momento de despedirse en la puerta de la guardería sea breve y tranquilo. Los padres pueden establecer un ritual de despedida, como un abrazo especial o una frase cariñosa, que les dé la seguridad de que sus padres volverán a recogerlos. Evitar prolongar la despedida es clave, ya que puede aumentar la ansiedad.
- Familiarización previa:
Si es posible, antes de que comience la guardería, los padres y las madres pueden visitar el lugar con el niño o la niña a para que se familiarice con el entorno y las personas que estarán con él. En algunos casos, puede ser útil permitir que lleve un objeto de transición, como una mantita o juguete especial, que le brinde consuelo durante las primeras semanas.
- Paciencia y empatía:
Es importante recordar que cada niño/a tiene su propio ritmo de adaptación. Algunos pueden sentirse cómodos en pocos días, mientras que otros necesitan más tiempo. Los padres y las madres deben estar atentos a los signos de estrés (como irritabilidad, alteraciones en el sueño o cambios en el apetito) y ofrecerles apoyo emocional.
- Comunicación con los educadores:
Mantener una comunicación abierta con el personal de la guardería es esencial. Los educadores pueden proporcionar información sobre cómo está el niño/a durante el día y ofrecer recomendaciones específicas para ayudar con el proceso de adaptación. También es importante que los padres/madres informen a los educadores sobre las preferencias, rutinas o inquietudes del niño/a para que puedan atender mejor sus necesidades.
- Actitud positiva de los padres:
Los niños y las niñas perciben las emociones de sus progenitores, por lo que es esencial que proyecten una actitud positiva y tranquila respecto a la guardería. Si muestran preocupación o ansiedad, es probable que el niño/a lo sienta también. Hablar con entusiasmo sobre la guardería, sus nuevos amigos y las actividades divertidas puede ayudar a que el niño/a se sienta más emocionado por la experiencia.
- Reconocer los logros:
Aplaudir y reconocer los pequeños logros durante la adaptación puede reforzar su confianza. Por ejemplo, felicitarlo por haber pasado todo el día en la guardería o haber jugado con otros niños. Es un proceso natural que toma tiempo.
🎦 Este vídeo puede ayudaros: https://www.youtube.com/watch?v=54UdvnsPbmg (Fuente: Píldoras de Psicología)
- Infantil (3-6 años)
- Ansiedad por la separación: muchos niños pequeños pueden sentir ansiedad al separarse de sus padres, especialmente si es su primer año en el colegio.
- Adaptación gradual: en muchos centros educativos, se opta por una adaptación progresiva, donde los niños pasan unas pocas horas los primeros días para acostumbrarse.
- Desarrollo de la rutina: a esta edad, es clave establecer rutinas claras (horarios de sueño, comidas y actividades) para que los niños se sientan seguros y organizados.
- Primaria (6-12 años)
- Más autonomía: los niños ya son más independientes y suelen estar emocionados por volver al colegio para reencontrarse con sus amigos.
- Organización de materiales: en esta etapa, empiezan a tener más responsabilidades, como cuidar su material escolar y realizar pequeñas tareas.
- Rutina de estudios: la vuelta al cole implica también retomar o establecer rutinas de estudio en casa, con un mayor enfoque en los deberes.
- Secundaria (12-16 años)
- Preocupaciones sociales: en la adolescencia, las relaciones con amigos y compañeros se vuelven una de las principales preocupaciones. A veces, puede haber nervios o inseguridades relacionadas con la socialización.
- Creciente responsabilidad: la carga académica aumenta y se les exige mayor organización en cuanto a exámenes, trabajos y proyectos.
- Cambios emocionales: la vuelta al cole puede ser un momento de emociones intensas para los adolescentes, con altibajos en su estado de ánimo.
- Bachillerato (16-18 años)
- Foco en el futuro: los estudiantes suelen empezar a pensar en su futuro académico o profesional. La presión de obtener buenos resultados y prepararse para la universidad o la vida laboral puede ser un desafío importante.
- Mayor independencia: a esta edad, suelen gestionar de manera más autónoma sus estudios, aunque pueden necesitar orientación en cuanto a la organización y manejo del tiempo.
- Desarrollo personal: también es una etapa clave para el desarrollo de la identidad y la autonomía.
- Universidad o formación superior
- Transición a la vida adulta: la vuelta a clases en esta etapa implica una mayor responsabilidad en términos de gestión del tiempo, toma de decisiones y, en muchos casos, vida fuera del hogar.
- Planificación a largo plazo: los estudiantes suelen estar más enfocados en su carrera y metas a largo plazo, lo que le añade una nueva dimensión a la vuelta a clase.
- Vida laboral
Algunas recomendaciones para los adultos:
- Ser paciente con uno mismo y organizar la vuelta al trabajo. Antes de sumergirse de lleno, es conveniente organizar las tareas y prioridades. Esto permitirá sentir mayor control y evitará el estrés de retomar todo de golpe. Hacer una lista de tareas pendientes puede ser útil.
- Mantener un poco de la energía de las vacaciones. Intentar integrar en la rutina diaria algunas de las actividades o hábitos de las vacaciones, como salir a caminar, leer o tener tiempo para sí mismo. Esto ayudará a no sentir que todo ha terminado de manera abrupta.
- Cuidar la salud física y mental. El sueño, la alimentación y el ejercicio son clave para una adaptación más suave. Volver a una rutina de descanso adecuada es esencial para recuperar la energía y el enfoque.
- Fijar nuevos objetivos. Establecer metas para el corto y mediano plazo puede hacer que sienta motivación por lo que viene. Ayudará a volver con entusiasmo, en lugar de con desgana.
- Evitar saturarse con tecnología. Tras días de desconexión, el regreso a las pantallas puede ser agobiante. Intentar limitar el uso de dispositivos, especialmente en los primeros días, para evitar la sensación de sobrecarga.
—
Como se ve, cada etapa tiene sus propios desafíos y se acompañan de sus emociones, pero en todas es fundamental el apoyo tanto de la familia como de las personas que le quieren. Ayudar a otros también es una forma de ayudarse.
Si necesitas más ayuda contacta con nosotros en unifam@accionfamiliar.org o llamando al 914461011 ext.1.
El Servicio de Orientación Familiar y Promoción de la Salud está inscrito en el Registro de Entidades, Centros y Servicios de Acción Social de la Comunidad de Madrid S4218 y subvencionado por la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid para cubrir las necesidades específicas de asistencia social dirigidas a la atención de las personas en situación de pobreza y exclusión social o que se encuentren en otras situaciones de especial vulnerabilidad, en el ámbito competencial de la Comunidad de Madrid.