La conciliación familiar tras las vacaciones: ¿reto o posibilidad?

Agosto 2025

Septiembre: el mes de la reorganización familiar

Con la llegada de septiembre, muchas familias deben afrontar el regreso al trabajo, la vuelta al colegio y la reactivación de múltiples responsabilidades diarias. Esta transición, lejos de ser sencilla, puede generar un alto nivel de estrés si no existen mecanismos adecuados de conciliación familiar y laboral.

Desde Acción Familiar, consideramos que la conciliación no es un asunto privado, sino una necesidad social y estructural que debe ser atendida por políticas públicas y una cultura empresarial corresponsable.

¿Qué entendemos por conciliación real?

Conciliar no es sólo “organizarse mejor”. Es garantizar que todas las personas puedan desarrollar sus responsabilidades laborales y familiares sin sacrificar su salud ni su bienestar. Una conciliación real implica:

  • Horarios laborales flexibles y adaptados a las necesidades familiares.

  • Corresponsabilidad en el hogar entre hombres y mujeres.

  • Acceso a servicios de cuidado asequibles y de calidad (escuelas infantiles, programas extraescolares).

  • Empresas y administraciones públicas comprometidas con el equilibrio vida-trabajo.

El papel de las familias y de la sociedad

Las familias hacen un esfuerzo inmenso por organizarse y llegar a todo. Pero ese esfuerzo, si no está respaldado por políticas sociales eficaces, puede convertirse en una carga injusta.

Por eso, la conciliación debe dejar de ser una “cuestión privada” y pasar a formar parte del debate público. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad que valore el cuidado, el tiempo compartido y el bienestar familiar.

La vuelta a la rutina puede ser un reto, sí. Pero también una oportunidad para repensar nuestros modelos de trabajo, nuestras prioridades y la forma en que valoramos los cuidados.

En Acción Familiar seguiremos impulsando propuestas que promuevan una conciliación justa, equitativa y sostenible.