Observatorio de familia. Volumen II:
Situaciones de especial vulnerabilidad: violencia doméstica y de género.

Junio 2024

En este segundo volumen del Observatorio de 2024 recogemos cifras oficiales sobre distintas formas de violencia que afectan al ámbito familiar. Este año se observan subidas significativas en las cifras registradas respecto a las del año pasado, tanto en la violencia doméstica, como en el caso de la violencia de género.

Antonio Jesús Sánchez Fuentes

Antonio Jesús Sánchez-Fuentes, Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI-UCM)

Codirector del Grupo UCM de investigación “Políticas Públicas: Análisis Económico Aplicado”

  • En 2023, 9.126 personas (975 más que el año anterior) fueron víctimas de delitos de violencia doméstica, de las que el 61,1% son mujeres, en su mayoría de más de 45 años y nacionalidad española.
  • En la distribución de las personas denunciadas por violencia doméstica predomina la franja de edad de 25 a 45 años (3.949), seguidos por los aquellos de 45 a 64 años (2.206). Aquellos finalmente condenados presentan un perfil similar.
  • Asimismo, la nacionalidad española es la predominante en el colectivo (tres de cada cuatro), si bien los hombres triplican la presencia femenina.
  • Las relaciones paternofiliales originan la mayor parte de los episodios violentos intrafamiliares tanto para los menores de edad como para los/as mayores de 45 años (siete de cada diez).
  • Si comparamos la distribución porcentual del par víctima/denunciado en violencia doméstica según grupos de edad se obtiene un patrón donde las víctimas predominantes son las que se sitúan en franjas de edad donde se presenta una mayor fragilidad (menores de edad y mayores de 60) mientras que los/as denunciados/as pertenecen a franjas más centrales dentro del ciclo vital (20 a 50 años), haciendo explícito el carácter intergeneracional de esta forma de violencia.
  • 7. En 2023, se contabilizaron 36.582 víctimas de violencia de género en España (3.938 más que el año anterior, +12,1%), un colectivo donde prevalecen las mujeres de 25 a 44 años que son (o han sido) pareja de hecho del denunciado (seis de cada diez).
  • Respecto al número de víctimas mortales por año, se observa un estancamiento en los últimos años que denota que aún queda mucho por hacer. Además, los porcentajes de mujeres que habían denunciado previamente se mantienen en niveles bajos (en torno al 25%), lo que nos hace encontrarnos de forma recurrente con episodios mortales que no se han podido identificar con anterioridad.
  • Con las cifras más recientes, a fecha de 21 de junio, cabría esperar que 2024 evolucione de acuerdo con los valores de años anteriores (alrededor de 50 víctimas a finales del año). Es una tarea de las administraciones públicas y, también, del conjunto de la sociedad hacer todo para rebajar esta previsión tanto como sea posible, evitando la pérdida de más vidas humanas.
  • Vemos que son pocos los episodios denunciados por el contexto social que rodea a las víctimas, lo que indica que se hace necesario una mejor concienciación social respecto a este triste fenómeno.
  • Respecto a la violencia vicaria, se trata de un fenómeno que por desgracia está muy presente en las cifras del año en curso (5 de las 7 víctimas).
  • El número de huérfanos también ha registrado un importante aumento los tres últimos años (pasando de 26 a 58, desde 2021 a 2023), lo que muestra con claridad el enorme impacto derivado que los episodios que este tipo de violencia tiene para toda la familia y, por supuesto, para el conjunto de la sociedad.
  • En cuanto a los hombres denunciados, se observa que son los hombres de 35 a 44 años los que predominan en este colectivo (33,5% del total), alcanzándose el 60,7% si ampliamos la franja por abajo (hasta los 30) y por la parte superior (hasta los 49).
  • Si analizamos el peso relativo del par víctima/denunciado según grupos de edad, se observa el carácter intrageneracional de este fenómeno. Por ello, debemos intensificar la concienciación social de las generaciones más jóvenes con el objetivo de que los registros mejoren a medio/largo plazo, tal como muestran los últimos datos publicados.
  • En resumen, si bien la sensibilización social ha mejorado los últimos años, las cifras oficiales recogen que, por desgracia, aún queda mucho por hacer. Especialmente, en situaciones donde tras cada cifra seguro vamos a encontrar víctimas (mujeres y menores en mayor proporción) conviviendo con entornos familiares deteriorados y muy poco saludables.
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