Observatorio de familia.
Volumen V: Comportamientos sociales: Indicadores demográficos básicos.

En este ?️ Volumen V ?️ examinamos las últimas cifras disponibles respecto a los indicadores relacionados con la natalidad y/o fecundidad. Seguidamente, estudiamos la evolución reciente del crecimiento vegetativo de la población española, haciendo hincapié en la evolución del pasado año que, como cabe esperar, debe mostrar cierta estabilización de los indicadores tras el fuerte impacto de la pandemia sanitaria que enfrentamos en/desde 2020.

Antonio Jesús Sánchez Fuentes

Antonio Jesús Sánchez-Fuentes, Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI-UCM)

Codirector del Grupo UCM de investigación “Políticas Públicas: Análisis Económico Aplicado”

  • En cuanto al número de nacimientos, tras la recuperación de los dos mil hasta la Gran recesión (2008), se consolida la tendencia decreciente que ya significan 210.000 nacimientos menos al año (329.251 nacimientos en 2022, frente a los 519.779 de 2008).
  • Se registra también un mayor peso relativo de los padres y madres extranjeros que viene propiciado no sólo por los nacimientos con padres y madres extranjeros sino por un mayor número de nacimientos con padres de distinta nacionalidad (+11,6% de peso relativo desde 2005). Asimismo, obtenemos que la pérdida de nacimientos observada se concentra principalmente en aquellos donde ambos padres son de nacionalidad española (-10,1% del total).
  • La distribución de nacimientos según edad de la madre indica primero, una caída en el número de nacimientos registrados. En segundo lugar, un desplazamiento de la moda de la distribución hacia la derecha (respecto a 2005), lo que nos dice que se está postergando el momento de tener hijos/as. En los últimos años además se observa un desplazamiento hacia abajo en las franjas de mayor fecundidad (30 a 40 años) indicando que, tras una primera decisión de postergar, podemos encontrar barreras posteriores que conduzca a la renuncia definitiva a tener los hijos/hijas deseados inicialmente. Finalmente, es interesante destacar que la pandemia intensificó si cabe esta tendencia decreciente que, pero aún, no ha vuelto a los niveles previos en 2022.
  • La distribución territorial de nacimientos por comunidades autónomas nos indica que sólo cuatro CC.AA. (Andalucía, Cataluña, Comunidad de Madrid y Valencia) representan un 60% del total nacional.
  • En cuanto al crecimiento vegetativo (equivalente a la diferencia entre nacimientos y defunciones), se observa un deterioro importante del saldo desde 2008, causado, principalmente, por el descenso en nacimientos. Además, esta dinámica se ha visto agudizada por el aumento de defunciones relacionadas con la pandemia sanitaria (+75.073 en 2020, 32.041 en 2021 y 45.714 en 2022, respecto a 2019).
  • También se observa de forma clara en la distribución mensual de las defunciones el importante impacto en las defunciones de las olas de la pandemia. Así, si bien se observa una mayor regularidad intraanual, también queda patente que durante 2022 el saldo vegetativo se sitúa en línea con los niveles registrados de la pandemia, que contribuyeron a acelerar, aún más si cabe, el proceso de envejecimiento de la población española.
  • En cuanto al vínculo entre matrimonio y maternidad, se obtiene un incremento del peso de los nacimientos fuera del matrimonio, motivado sobre todo por el comportamiento de las mujeres nacionales (se pasa de un 25% a un 50% desde 2005). Este año, por primera, superan esta barrera siendo mayoría.
  • En cuanto a la capacidad reemplazar con nacimientos las defunciones esperadas en cada periodo, la heterogeneidad regional existente hace sólo una de cada cuatro registren tasas por encima de 1. Así, registramos un déficit de reemplazo en torno a un 20% para el total nacional que en algunas regiones alcanzan niveles muy preocupantes (en torno al 60%). Al respecto, las CCAA con peores cifras serían Asturias, Castilla y León y Galicia.
  • Las cifras de abortos indican que, tras un ligero repunte en 2011 y un ligero descenso hasta 2014, se ha mantenido una evolución estable hasta 2018, con cifras anuales en torno a 94.000. Tras el incremento de 2019, en 2020 se registra un descenso de 10.000 abortos. Sin embargo, para el último año publicado –2022- se registra ya cifras previas a la pandemia (98.316).
  • Según grupos de edad, podemos observar que los tramos superiores del periodo fértil de las mujeres han incrementado su presencia en este colectivo desde 2007. También como se ha estabilizado el gran incremento que se produjo desde 2000 a 2010. Asimismo, en el último año, se observa un cierto desplazamiento a edades más jóvenes –de 20 a 30-, que conviven con padres y/o familiares, algo que va en línea con las decisiones sobre fecundidad ya comentadas.
  • El impacto de la pandemia sanitaria es claro ya que, aún se aprecia como la muerte por COVID identificado ocupa la primera posición entre las posibles causas para las edades superiores a los 65 años, si bien con pesos ya por debajo del 10% (en 2020 se alcanzaron cifras en torno al 15%).
  • Al margen de las defunciones por COVID, la primera causa de muerte varía sustancialmente para las distintas generaciones. Así, para los niños las afecciones originadas en el periodo perinatal representan el 31,22% de las defunciones. En el caso de los jóvenes, los suicidios (16,60%) y los accidentes de tráfico (15,65%) son los principales desencadenantes. Para los adultos, los suicidios serían la primera causa de defunción (9,45%). Para pivotes y mayores (65 a 79 años), la primera causa son los tumores malignos de la tráquea, bronquios y del pulmón (11,21% y 9,52%, respectivamente). Por último, para mayores de 80 años la primera causa -aunque más repartida- sería las enfermedades del corazón (5,27%).
  • La evolución temporal del número de suicidios registrados en España en el periodo 2005-2022 registra un nivel promedio anual de 3.500-4.000, con variaciones suaves que guardan cierta sincronía (inversa) con el ciclo económico.
  • Según sexo, los resultados nos indican que los hombres están mucho más afectados por los suicidios que las mujeres para todos los tramos de edad, tanto en términos absolutos como en términos relativos (hasta un 4% más del total para las edades más afectadas).
  • En términos de evolución temporal, observamos una reducción del número de suicidios para los tramos de edad correspondientes a las generaciones de adultos, pivotes y mayores (45 a 75 años), aunque, por desgracia, con la excepción de los de 30 a 39 años y de 70 a 79 años.
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